INMACULADA CONCEPCIÓN
Cada 8 de diciembre la Iglesia celebra la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. El dogma de fe según el cual la Madre de Jesús fue preservada del pecado desde el momento de su concepción. Es decir, desde el instante en que comenzó su vida humana.
A mediados del siglo XIX, el Papa Pío IX, después de recibir numerosos pedidos de obispos y fieles de todo el mundo, ante más de 200 cardenales, obispos, embajadores y miles de fieles católicos, declaró con su bula “Ineffabilis Deus”:
“Que la doctrina que sostiene que la Beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles..."
En Roma se envió una gran cantidad de palomas mensajeras en todas las direcciones llevando la gran noticia. Y en los 400 mil templos católicos del mundo se celebraron grandes fiestas en honor de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
" María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que hágase en mí lo que has dicho". Dios tiene sus manos libres cuando, al igual que María le damos nuestro "hágase"; no es dejar de pensar, es pensarlo mejor, y dejar en sus manos ideas y proyectos. Él te ama, y contigo y junto a ti hará, como siempre, lo mejor.
ORACION:
Virgen Santa e Inmaculada, (Oración del Papa Francisco para hacerla nuestra)
a Ti, que eres el orgullo de nuestro pueblo
y el amparo maternal de nuestra ciudad, nos acogemos con confianza y amor.
y el amparo maternal de nuestra ciudad, nos acogemos con confianza y amor.
Eres toda belleza, María.
En Ti no hay mancha de pecado.
En Ti no hay mancha de pecado.
Renueva en nosotros el deseo de ser santos:
que en nuestras palabras resplandezca la verdad, que nuestras obras sean un canto a la caridad,
que en nuestro cuerpo y en nuestro corazón brillen la pureza y la castidad, que en nuestra vida se refleje el esplendor del Evangelio.
que en nuestras palabras resplandezca la verdad, que nuestras obras sean un canto a la caridad,
que en nuestro cuerpo y en nuestro corazón brillen la pureza y la castidad, que en nuestra vida se refleje el esplendor del Evangelio.
Eres toda belleza, María.
En Ti se hizo carne la Palabra de Dios.
En Ti se hizo carne la Palabra de Dios.
Ayúdanos a estar siempre atentos a la voz del Señor:
que no seamos sordos al grito de los pobres, que el sufrimiento de los enfermos y de los oprimidos no nos encuentre distraídos,
que la soledad de los ancianos y la indefensión de los niños no nos dejen indiferentes, que amemos y respetemos siempre la vida humana.
que no seamos sordos al grito de los pobres, que el sufrimiento de los enfermos y de los oprimidos no nos encuentre distraídos,
que la soledad de los ancianos y la indefensión de los niños no nos dejen indiferentes, que amemos y respetemos siempre la vida humana.
Eres toda belleza, María.
En Ti vemos la alegría completa de la vida dichosa con Dios.
Haz que nunca perdamos el rumbo en este mundo:
que la luz de la fe ilumine nuestra vida, que la fuerza consoladora de la esperanza dirija nuestros pasos,
que el ardor entusiasta del amor inflame nuestro corazón, que nuestros ojos estén fijos en el Señor, fuente de la verdadera alegría.
que la luz de la fe ilumine nuestra vida, que la fuerza consoladora de la esperanza dirija nuestros pasos,
que el ardor entusiasta del amor inflame nuestro corazón, que nuestros ojos estén fijos en el Señor, fuente de la verdadera alegría.
Eres toda belleza, María.
Escucha nuestra oración, atiende a nuestra súplica: que el amor misericordioso de Dios en Jesús nos seduzca,
que la belleza divina nos salve, a nosotros, a nuestra ciudad y al mundo entero.
Escucha nuestra oración, atiende a nuestra súplica: que el amor misericordioso de Dios en Jesús nos seduzca,
que la belleza divina nos salve, a nosotros, a nuestra ciudad y al mundo entero.
Amén.
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